Existen cuatro tipos de etiquetas ambientales:
Etiquetado ecológico Tipo I: Se regulan bajo la norma ISO 14024. El producto que la lleva cumple con unos requisitos ambientales predefinidos, consensuados por entidades reconocidas y de acceso público.
Etiquetado Ecológico Tipo II: Hacen referencia a las autodeclaraciones medioambientales. El fabricante hace sus propias etiquetas medioambientales, en forma de símbolos o gráficos, en base a unos criterios pre-definidos por la propia organización.
Etiquetado tipo III: Se regulan bajo la norma ISO 14025 y hacen referencia a las declaraciones ambientales de producto (EPD/DAP). Se trata de un informe técnico que resume los datos más significativos del comportamiento ambiental de un producto.
Etiquetado Semi-tipo I: No se rigen bajo ningún estándar europeo y se centran en el cumplimiento medioambiental de una característica concreta de un producto.
Como su propio nombre indica, son declaraciones creadas por los propios fabricantes, que son quienes definen sus propios criterios ambientales. No tienen que cumplir unos requisitos específicos, son muy sencillas de implementar y no necesitan pasar por un proceso de verificación y validación externo. En definitiva, existen muchas ecoetiquetas en el mercado que son manifestaciones publicitarias sin una base medioambiental fundada.
Las Declaraciones ambientales de producto (EPD) entran dentro de la categoría de ecoetiquetas tipo III. Están reguladas por la norma ISO 14025 y facilitan información reglada del comportamiento ambiental de un producto, aportando datos medioambientales cuantificados en base al análisis de su ciclo de vida (ACV).
Cabe resaltar que la disposición de una EPD no significa que dicho producto sea mejor que otro, sino que aporta información clara, transparente y valiosa sobre sus parámetros ambientales.
Este tipo de documento sirve para intercambiar información ambiental entre los fabricantes y sus clientes industriales. Por tanto, no tienen utilidad práctica de cara al usuario final.
No, la huella de carbono es una métrica ambiental que calcula la totalidad de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) generadas por una persona, grupo, organización, empresa, producto o servicio. Para hacer el cálculo de la huella de carbono sólo se tiene en cuenta una categoría de impacto ambiental, de las 7 existentes: el calentamiento global.
No existen diferencias. Son los términos abreviados de las declaraciones ambientales de producto, en sus respectivos idiomas:
DAP: Declaración Ambiental de Producto
EPD: Enviromental Product Declaration
Una EPD es un tipo de ecoetiqueta, pero su principal diferencia frente al resto es que en una declaración ambiental no se definen requisitos ambientales mínimos a cumplir, sino que se muestran los resultados del estudio del ACV. Las declaraciones ambientales aportan información técnica muy valiosa sobre los parámetros ambientales de un determinado producto y están dirigidas al intercambiio de información entre fabricantes y clientes industriales.
NO. Son sistemas de certificación de sostenibilidad de edificios, por lo que este tipo de sellos estampados en productos, carecen de cualquier base medioambiental real.
BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method) es un sistema de calificación voluntaria de sostenibilidad de edificios ecológicos y construcción sostenible. Surgió en el Reino Unido y tiene como objetivo evaluar el desempeño ambiental de los edificios, a través del cumplimiento de criterios medioambientales en sus 9 categorías. Finalmente otorga una calificación: Aceptable, bueno, muy bueno, excelente y excepcional.
LEED (Leadership in Energy & Environmental Designes) es un sistema de certificación de edificios sostenibles desarrollado por el Consejo de construcción ecológica de los Estados Unidos (US Green Building Council). Se trata de la certificación de edificios sostenibles más reconocida internacionalmente y se mide con una escala de 100 puntos en función de los posibles impactos medioambientales en cada una de sus categorías.
Las EPD pueden contribuir créditos en certificaciones de edificación sostenible como BREEAM y LEED.
Son las declaraciones ambientales sectoriales que muestran el comportamiento medio de un determinado producto y tienen en cuenta la información ambiental media del ciclo de vida de un producto, a partir de datos suministrados por las empresas que representan el sector concreto que se quiere verificar. En definitiva, no muestra el perfil ambiental de ningún producto en concreto, sino una media del sector declarado.