Cómo reconstruir un enfoscado y tratarlo contra la humedad de ascensión capilar
La humedad ascendente por capilaridad
Aparece en zócalos interiores o exteriores, debido a la absorción de agua del terreno por parte del soporte. Los muros absorben el agua contenida en el suelo, al igual que un terrón de azúcar absorbe líquido por contacto.
El agua asciende por el muro, buscando una salida exterior para su evaporación. Este agua es portadora de sales que se depositan en cualquier resquicio o hueco del muro, donde se secan y cristalizan. El proceso resulta física y químicamente destructivo para los muros.
La humedad ascendente y el Mortero Antihumedad Rehabilitador BME 4508A/4508G
Problema
Ya sabemos que la humedad que asciende en los muros por capilaridad produce daños estéticos visibles en las paredes. Las sales llegan al exterior en forma de eflorescencias (manchas blanquecinas) llegando a degradar completamente, por corrosión química, los revestimientos e incluso el mismo soporte.
La aplicación de revestimientos poco o nada transpirables (como las cerámicas vitrificadas) agrava el problema, ya que son una barrera para la evaporación de la humedad que afecta al muro. La existencia de esa barrera externa provoca la desviación de la humedad hacia el interior de la vivienda, degradando los soportes de yeso y desprendiendo el revestimiento aplicado.
Solución
El Mortero Antihumedad Rehabilitador BME 4508A/4508G, gracias a su estructura porosa permite la libre salida de las humedades contenidas en los muros y evita los daños que ya conocemos.
No pretendemos haber hallado la solución definitiva al problema de la humedad ascendente por capilaridad. Ésta es una difícil cuestión, cuya solución debe ser diseñada por ingenieros y arquitectos. Lo que sí podemos lograr es que la humedad existente tenga el mínimo de consecuencias negativas para nuestro paramento y revestimiento final, propiciando la máxima transpirabilidad del conjunto. Con el Mortero Antihumedad Rehabilitador BME 4508A/4508G conseguimos
también la capacidad de albergar las sales nocivas en su interior, en unos macroalveolos, impidiendo la migración de las mismas al revestimiento final.